12 de noviembre de 2008

Marea

Otra niña de Amanithigor protagoniza hoy.
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-12 hombres bromean alrededor del cofre, el cofre. Mientras pasan una botella de ron. De mano en mano va, la botella de ron…

El cantar de una silueta sentada al borde de un puente se mezcló con el sonido del agua que corría bajo este.

-12 años llevan surcando mares, chocando espadas, enamorando doncellas y quebrando la ley. De puerto en puerto van, los piratas quebrando la ley.

Un golpear metálico acompasado marcaba los tiempos entre verso y verso. A ratos la luz de la luna destellaba sobre aquel objeto que no cesaba de chocar contra la baranda.

-12 inmortales no se cansan de hacer historia. A nadie se atan pues el resto estorba. A nada se atan pues les basta y sobra. Les basta y sobra con su botella de ron.

Y yo ahí parada escuchándolo, justo donde comienza el puente, no supe si me había visto aún, no supe si era un asaltante o sólo un viejo ebrio. Lo único seguro era que tarde o temprano tendría que cruzar.

-1 de los 12 aún recuerda glorias pasadas mientras canta. Bajo noche y sobre calle. Entre brumas de una niebla que se niega a morir. A los ojos de una mujer que se niega a cruzar.

La sangre se me heló y mi respiración se detuvo. Logré ver el brillo de la luna reflejado en un par de ojos profundos y sin darme cuenta, por fin estaba caminando.

Pase finalmente frente a ese hombre sin dejar de mirarlo a los ojos. Igualmente sostenía su mirada sobre la mía mientras sonreía con regocijo.

-Buenas noches triste doncella, flor marchita de tanto llorar.-Buenas noches.

Respondí. ¿Qué otra cosa podría hacer?

-Quiero estar contigo, dime que si hoy y no estaras sola mañana.
-Tengo que irme.

Volví a responderle y el seguía cantando de tal forma que nunca supe si me habló a mi realmente. Unos minutos después me volví a cruzar con aquel hombre cuando venia camino hasta aquí. No me di cuenta esa vez de que estaba ahí hasta que paso por mi lado. Quizás fue la niebla o no me reconoció, o sólo mi mente de niña distraída, pensando en lo que me dijiste. Supongo que aún te acuerdas. Pero aún así quisiera recordarte lo que en aquella ocasión te respondí.

Profunda es tu piel como océano abierto, desierto frío de consuelos para el perdido. Te dije. Tus ojos me invitan a descubrirte cual serpiente presta a morderme, advirtiendo tanto veneno como placer. Te dije.

-Sírvame ron y deje la botella, por favor.

Y tu te fuiste… ¿te asustaste?... o tal vez no te llamó la atención mi oferta… Lo cierto es que debes estar solo hoy, como lo estuviste ayer y lo estoy ahora… hablándote con mi mente aunque ni siquiera sepa donde estas.
Me cansé de buscar tu rostro entre los cortes de vasos vacíos. Me canse de esperar a que la línea de la mano nos vuelva a reunir.

Maldita la hora en que me puse a navegar. ¡NUNCA MÁS!
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Por SlapFunk