12 de noviembre de 2008

Marea

Otra niña de Amanithigor protagoniza hoy.
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-12 hombres bromean alrededor del cofre, el cofre. Mientras pasan una botella de ron. De mano en mano va, la botella de ron…

El cantar de una silueta sentada al borde de un puente se mezcló con el sonido del agua que corría bajo este.

-12 años llevan surcando mares, chocando espadas, enamorando doncellas y quebrando la ley. De puerto en puerto van, los piratas quebrando la ley.

Un golpear metálico acompasado marcaba los tiempos entre verso y verso. A ratos la luz de la luna destellaba sobre aquel objeto que no cesaba de chocar contra la baranda.

-12 inmortales no se cansan de hacer historia. A nadie se atan pues el resto estorba. A nada se atan pues les basta y sobra. Les basta y sobra con su botella de ron.

Y yo ahí parada escuchándolo, justo donde comienza el puente, no supe si me había visto aún, no supe si era un asaltante o sólo un viejo ebrio. Lo único seguro era que tarde o temprano tendría que cruzar.

-1 de los 12 aún recuerda glorias pasadas mientras canta. Bajo noche y sobre calle. Entre brumas de una niebla que se niega a morir. A los ojos de una mujer que se niega a cruzar.

La sangre se me heló y mi respiración se detuvo. Logré ver el brillo de la luna reflejado en un par de ojos profundos y sin darme cuenta, por fin estaba caminando.

Pase finalmente frente a ese hombre sin dejar de mirarlo a los ojos. Igualmente sostenía su mirada sobre la mía mientras sonreía con regocijo.

-Buenas noches triste doncella, flor marchita de tanto llorar.-Buenas noches.

Respondí. ¿Qué otra cosa podría hacer?

-Quiero estar contigo, dime que si hoy y no estaras sola mañana.
-Tengo que irme.

Volví a responderle y el seguía cantando de tal forma que nunca supe si me habló a mi realmente. Unos minutos después me volví a cruzar con aquel hombre cuando venia camino hasta aquí. No me di cuenta esa vez de que estaba ahí hasta que paso por mi lado. Quizás fue la niebla o no me reconoció, o sólo mi mente de niña distraída, pensando en lo que me dijiste. Supongo que aún te acuerdas. Pero aún así quisiera recordarte lo que en aquella ocasión te respondí.

Profunda es tu piel como océano abierto, desierto frío de consuelos para el perdido. Te dije. Tus ojos me invitan a descubrirte cual serpiente presta a morderme, advirtiendo tanto veneno como placer. Te dije.

-Sírvame ron y deje la botella, por favor.

Y tu te fuiste… ¿te asustaste?... o tal vez no te llamó la atención mi oferta… Lo cierto es que debes estar solo hoy, como lo estuviste ayer y lo estoy ahora… hablándote con mi mente aunque ni siquiera sepa donde estas.
Me cansé de buscar tu rostro entre los cortes de vasos vacíos. Me canse de esperar a que la línea de la mano nos vuelva a reunir.

Maldita la hora en que me puse a navegar. ¡NUNCA MÁS!
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Por SlapFunk

26 de agosto de 2008

La Casa


aehaheahehaehaheahe.
Todo esta bien.
Y SE ABRIO EL SOTANO MIERDA!!!!
como siempre...advierto a los delicados que mejor pueden irse a revisar la pagina de las ultimas noticias.
La Casa... es otro escrito de mi Perro.
Con ustedes...Pato
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Detrás de la cortina La Casa estaba habitada sólo por una persona, ubicada en lo más alto del monte, donde el Sol no hace más que quemar. Desde adentro, no sólo era observada por los ojos, si no que por cada membrana y sentido de la humanidad.

La gente del pueblo de las orillas del Nilo va y viene constantemente a La Casa, dándole un motivo para vivir al Señor Jari con sus alegres canes, felinos, niños y demases.

El proceso es simple. La gente llega con sus animales, esquivan la gran cortina y entregan al necesitado sin previas conversaciones. Es que el Señor Jari es un personaje admirado por el pueblo y tiene concedida la confianza de todo este. Cada animal que es entregado, vuelve sano y salvo a sus dueños. Es reconocido en el pueblo como una entidad casi divina y funciona una especie de monarquía, establecida no por el Señor Jari, si no que por los mismos habitantes del pueblo a las orillas del Nilo.


- Hola Señor Jari.
- Enhorabuena!!! Como ha estado?!
- Mejor que nunca Señor, desde que llegue aquí soy otra.
- Así lo veo. Y recuerda, aquí no existe el tiempo, tendrás esos cinco años hasta el fin de los días.
- Estoy tan contenta Señor Jari.
- Ahora debes callarte, hasta el anochecer. Cuando la gente deje de traerme a sus mascotas. Son tan buenos conmigo, si no fuera por este pueblo no se que sería de mí nena…


El Señor Jari cierra lentamente la cortina y la gente comienza a llegar a La Casa.
La vivienda goza de una vitalidad asombrosa, con cada madero reluciente, el techo en un perfecto estado impermeable decorado con ramas de pinos y alerces jóvenes.

Poca gente ha entrado a La Casa, pero dicen que es de una hermosura infinita. Cada cuadro esta puesto perfecto, la cortina cubre de tal manera que el Sol no entra para quemar a los pocos afortunados que han entrado, cada lugar reboza de hospitalidad. Hay una pequeña mesita, justo a la entrada y nada más. Las paredes están abnegadas de cuadros de artistas atípicos y, según la gente que ha entrado, el Señor Jari se para frente a su mesa, mirando hacia la puerta y conversa con ellos, quienes son comandados a pararse al otro lado de la mesita, mirando al Señor Jari a los ojos y dándole la espalda a la puerta. El penúltimo en irse fue Lucas.


Lucas era un tipo grande, bastante ancho y ya de entrada edad. La cara denotaba un alegre cansancio. Su mandíbula salida, la nariz curva y la barba que se extendía por toda su papada lo hacían único, imposible de no reconocer. Cada músculo de su cuerpo estaba marcado por el arduo trabajo al que estaba determinado en el pueblo a las orillas del Nilo. Era el encargado de cortar el maíz, para que el Molino pudiera alimentar al pueblito.

Día a día, iba al río, se lavaba la cara y saludaba al pequeño Bobban.
Después, directo a los campos de maíz eternos. Con precisión suiza cortaba cada espiga, sólo él y su oz. Después, llevaba el saco con maíz al Molino, donde trabajaba la Señora Magdalena Perkins. Ella se encargaba de hacer funcionar a la fuente de alimento más importante en el pueblo.
Lucas terminaba su día laboral y se volvía a su choza, para ver el televisor.


El televisor se enciende repentinamente:


- Un horrible crimen ha sido perpetrado hoy, a las orillas del Nilo. El pequeño Bobban, encargado de llevar el agua al pueblo, ha sido encontrado muerto. La escena era insana, del infierno mismo señores. Realmente no se como describirlo…

- Señora Perkins, que le produj… - el periodista rompe en un llanto descontrolado. El agua estaba derramada por todo el lugar, mientras un poco más allá yacía un bulto de carne enorme, que borboteaba agua por la boca. Caía y caía, y se derramaba, introduciéndose en las entrañas de las orillas del Nilo.
- Es terrible!!! Mira… mira… mira esa agua Marcos!!!
- Lo sé Magdalena, lo sé. Habrá que encontrar un substituto, alguien debe traernos el agua, avísenle al Señor Jari!!!



Perplejo, Lucas miraba las imágenes en su precario aparato al mismo tiempo que se proyectaba la figura imponente del Señor Jari.


- El Señor Jari ha llegado a la escena del derramamiento de agua señores! Al parecer está indagando como recuperarla!

El Señor Jari se veía tranquilo, mientras introducía sus manos en el bulto de carne. La luz de la cámara rebotaba con las manos del Señor Jari, produciendo un brillo molesto para la vista. En unos minutos, el Señor Jari se levantó. Al parecer se había cambiado de ropa. Era increíble lo que este Ser podía hacer. Nadie decía nada, el Señor Jari no hizo más que dar media vuelta y volver por donde vino. Iba vestido con un delantal largo, con motas rojas y de su mano colgaba un peculiar pañuelo, que goteaba.


Marcos, el periodista, fue de los primeros que quedó sin habla. Sólo lloraba.
Desde lo ocurrido, a Marcos se le veía sentado, siempre en el borde de la acera, sumido en el llanto más desgarrador y triste que haya azotado alguna vez al pueblito a las orillas del Nilo. La gente lo compadecía y pasaba todos los días a decirle amorosas palabras de aliento. El Señor Jari, por su parte, pasaba día a día, con un canastito. Se detenía, lo miraba y reía. Entraba su mano al canastito, sacaba uno de sus pañuelos y se lo entregaba a Marcos.


Un día en particular, el Señor Jari pasó y ejecutó su rutina como de costumbre. Pero Marcos, al recibir el pañuelo detuvo su llanto. El Sol brillaba esplendoroso en los cielos, y el Señor Jari hizo caso omiso y siguió su trayecto hacia La Casa. Marcos se limpió la cara con el pañuelo y lo dejó al borde de la orilla del Nilo.


Llegaba el anochecer. Y el Señor Jari, parado en el borde de su mesita despedía al último cliente.


- Woah, Jari, tengo una hermosa perspectiva desde aquí!!!
- No lo dudo Pequeño Bobban!


La mirada calmada y tierna del Señor Jari era sostenida, pero se acababa de interrumpir.
Siempre sereno, con un pañuelito que tenía guardado en su humilde vestir, limpiaba cada recóndito lugar de La Casa. Primero comenzaba por el piso, que lo trapeaba lentamente y con un cariño puro hacia La Casa, eran años y años de cobijo. La única forma de pagarle era limpiarla como se debía. Después, continuaba por las paredes. Esta pasada era rápida y exacta. En cual intervalo, aprovechaba para charlar con Bobban y los pequeños. Finalmente, limpiaba el techito. Desafiando las leyes de la gravedad, el Señor Jari sobaba el techo de La Casa con su pañuelito y bebía el agua que caía de él, para así no abultar los gastos del pueblo. Ya casi terminando el techo, el Señor Jari se detuvo estrepitosamente.


Un grito estremecedor, desde una de sus paredes, lo alarmó.


- CALLATE BOBBAN. NO PUEDES GRITAR AQUÍ.
- AYÚDAME JARI, AYÚDAME NO PUEDO MOVERME!
- Claro que no puedes!!!
- SÁQUEME DE AQUÍ!!!
- Que esta prisión no es más bella que esa bola de grasa en la que estabas metido?!


Los gritos eran tan fuertes y enfermizos que llegaron hasta el otro lado del río Nilo. El Señor Jari, descontrolado por el extraordinario suceso, corrió a su mesita y se echó a dormir como de costumbre. Ni los llantos y gritos esquizoides de Bobban podrían despertarlo, hasta el amanecer. Pero el Señor Jari olvidó un detalle, despistado por el acontecimiento, dejó abierta la cortina que tapaba La Casa.


Estridentes y con fiereza sonaban las sirenas mientras los carros de policía cruzaban el puente de Mannhatan. A toda velocidad, ignorando cualquier ley del tránsito impuesta, el teniente Crowley y su cuadrante asistían al lugar de procedencia de los gritos de ayuda.
Al cruzar el East River y doblar a la izquierda repetidas veces, llegaron a La Casa.
Crowley y los suyos bajaron de las patrullas y, horrorizados por lo que veían y escuchaban, empuñaron sus cañones y se dirigieron hacia la puerta de entrada.
La Casa estaba completamente podrida, gusanos y distintas colonias de insectos habitaban cada tablón. Manchas de sangre de años sin limpiar decoraban el macabro paisaje. En las orillas del East River, estaba tirada una capa de piel tierna. No tenía más de ocho años de vida y al lado, un tipo, con una cámara, yacía hecho cadáver. En serio proceso de descomposición, como si hubiera sido exhumado, servía de alimento para larvas y uno que otro perro vago de por ahí.
Desde distintas partes llegaban pequeños ríos secos de sangre hasta la puerta de La Casa. El techo estaba completamente derrumbado y el cielo de La Casa sólo tenía cabellos humanos desperdigados encima de los pocos palos que quedaban en el techo. La visión extraída directo desde las profundidades de cualquier connotación que se tenga, en cualquier religión o doctrina, por Infierno, ponía cada pelo y poro de la piel de los policías en acción desenfrenada. Decidido, Crowley derribó de una patada la puerta principal de La Casa.


*PAF!!!


- POLICÍA!!! TODOS AL SUELO!!!


Los ojos de Crowley no podían creer lo que veían. Cada milímetro cuadrado de cada pared estaba tapizado por el horror y el tormento. La piel de Bobban relucía, fresca, recién comprada kilo a kilo en la carnicería más cercana. El Señor Jari, que mantenía la cabeza fija, y hablaba ya en un idioma inentendible para los policías, gritaba y gritaba hacia la piel que era correspondida por la cara del pequeño Bobban.
Un tumulto de gente se reunió afuera de La Casa, mientras estridentes alaridos salían desde las afueras del recinto. Nadie se entendía. El Señor Jari, miraba desconsolado por las ventanas quebradas de La Casa como su pueblo era incapaz de comunicarse entre ellos, mientras Crowley, tiritando por el terror que le producía estar bajo la mirada de rostros sin vida, sangrantes, quemados, algunos purulentos, otros disecados por el tiempo… El suelo, con sus ombligos, pezones, entrepiernas, orejas y demases, se encargaban de lamer los zapatos de los ya desquiciados policías. Crowley, apuntando directamente al Señor Jari con una vieja Glock 17, sólo miraba.
La gente en las afueras comenzó a llorar descontrolada. El Señor Jari por otra parte, reía.
Una risa maníaca, mientras borbotones de sangre amarillenta caían por su boca…
Los policías, sólo atinaron a disparar sus viejos armatostes, sin parar, en dirección al zombificado cuerpo del Señor Jari.
El Señor Jari, siendo atravesado por cada bala y con su carne volando en dirección a las paredes de piel, salpicando con su sangre a las caras malditas, comenzó a elevarse emitiendo una luz que se veía desde la mismísima atmósfera.
Anonadados, los policías continuaron disparando, provocando un espectáculo dantesco. Era una fuente de sangre, en medio del cubo de carne, mientras el Señor Jari se elevaba riendo, regando con su sangre todo el piso de La Casa. Afuera, la gente gritaba, y se gritaban entre ellos, sin entenderse.
El Señor comenzó a pasar a través de los cabellos de sus víctimas, que conformaban el techo de La Casa y se elevo en una luz digna de la más hermosa de las estrellas fugaces hacia los confines del cielo, una gigante estrella fugaz que iba con su estela de sangre, desenfrenada, en dirección a la Bóveda Sagrada.
La Casa sigue ahí, la gente sigue llorando en los alrededores y los policías continúan mirando al cielo, esperando a que algún día aparezca el Señor Jari para balearlo nuevamente.
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Por Pat0

24 de agosto de 2008

Nuestra Obra Ajena

Una obra de teatro se disfruta más en vivo. Es impagable lo que se siente sobre y ante las tablas. Y como a Fongork le dio por tirarse obras locas (no se si aqui o en el foro de HK, ya no lo recuerdo)... I Made My Own. A Pato A Fongork A Flohjo _______________________________________________________
Titulo: Nuestra Obra Ajena.
 Personajes: 
 Talía 
Layo 
El Orco Gilgamesh 
El Enano Picarón. 
361 Extras 

 El escenario que debe verse al encender las luces consiste en un cruce de calles de 3 pistas por sentido, con semáforos de 4 tiempos. Un cielo atardecido cubierto de rojos y amarillos, nublado parcial. Todos los semáforos deben estar en rojo y las calles deben estar llenas de autos dejando el cruce en si como un verdadero cuadrilátero (de hecho y a modo de sugerencia, podéis poner 3 cuerdas a lo Titanes del Ring de semáforo en semáforo). 

 Acto 1: Morena. 
Escena 1:
Talía 
Layo 
El Orco Gilgamesh 
El Enano Picarón 
112 extras 
 (Sugiero para efectos de mejor interpretación que se le otorgue el papel de Layo a Less y el de Talía a Estela. En el papel de El Orco Gilgamesh se puede poner a cualquier drogadicto de fidelidad fraterna probada a fuego, y en el papel de El Enano Picarón a cualquier sujeto sugerido por el actor que este viviendo el rol de Layo).

El Orco Gilgamesh se encuentra apoyado en uno de los semáforos de atrás tocando una guitarra acústica, lo acompaña El Enano Picarón cantando mientras balancea un enorme hacha. En el semáforo diagonal al que ocupan los músicos se encuentra Layo y, finalmente, Talía se encuentra en cualquiera de los dos semáforos restantes esperando para cruzar en dirección a los músicos. 
Los 112 extras se encuentran dentro de los autos. 
 (Layo revisa cada uno de sus bolsillos hasta dar con una bolsita de cuero, de la que extrae 3 monedas de oro, luego levanta la vista en dirección a los músicos y sonríe) 

El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: Muchacha ojos de papel… (Layo cruza en diagonal el cuadrilátero con la mano extendida llevando las monedas de oro a los artistas, Talía lo ve y corre a abrazarlo encontrándose los dos en medio del cruce) 
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: ¿Adónde vas?, Quédate hasta el alba… 
Layo: (Alejándola de un empujón) ¿Quién eres?, No te conozco. 
112 Extras: (al tiempo que hacen sonar las bocinas de los autos) ¡Apartad que viene el tornado! 
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: Muchacha pequeños pies… 
Talía: ¡Hijo de puta! (al tiempo que se da media vuelta y se va). 
Layo: (Sosteniéndola de un brazo al punto de hacerle daño a la vez que le da la vuelta) Abrázame. 
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: No corras más… Quédate hasta el alba…

(Todos los actores congelan sus movimientos y permanecen en esa posición mientras el escenario cambia: el concreto se transforma en losa blanca, de las calles emergen negocios, tiendas y restaurantes que destruyen todos los autos. El cielo cae y se solidifica en un techo. Todo esto de manera que los personajes se encuentren en medio de un mall)

Acto 2: Tornado. 
Escena 1: 
Talía 
Layo 
El Orco Gilgamesh 
El Enano Picarón 
128 extras

Sólo El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón recobran el movimiento mientras 128 extras van y vienen por los pasillos.

El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: Sueña un sueño despacito entre mis manos hasta que por la ventana suba el sol… 

(128 extras comienzan a hacer una media luna en torno a Layo y Talía ignorando a los músicos, inspeccionan a los paralizados como si fueran una obra de arte) 

El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: Muchacha piel de rayón, no corras más. Tu tiempo es hoy… 
Extra A: ¿Quiénes son? 
Extra B: ¿Y a ti que te puede importar quienes sean? 
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: Y no hables más, muchacha corazón de tiza… 
Extra A: Me importa tanto como un grito en medio de la nada. 
Extra B: (Con la voz de quien hace un descubrimiento) a él le gusta ella. 
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: Cuando todo duerma, te robaré un color… 
Extra C: ¡Mujerzuela! 
Extra D: ¡Maldito! 
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: Muchacha voz de gorrión… 
Extra A: Si se quieren deberían estar juntos. 
Extra B: ¿Están juntos? 
El Orco Gilgamesh: (Dejando de tocar) ¿Se conocen? 
El Enano Picarón: (Deja de tocar y saca una llave inglesa de su bolsillo para golpear a El Orco Gilgamesh en la cabeza) imbesil. 
El Orco Gilgamesh: perdón, es que me confundí. 
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: (vuelven a tocar) ¿Adónde vas?, Quédate hasta el día… Extra E: (Intentando llevarse a Talía quien no se mueve ni un centímetro) no se ustedes pero yo me llevo a esta loquita. 
Extra F: no te llevas nada inútil. 
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: Muchacha pechos de miel, no corras más. Quédate hasta el día… 
Extra G: Que alguien se lo lleve a él, ella le hace mucho daño. 
Extra H: Si, ellos deberían estar separados, ¡Es lo mejor! 
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: Duerme un poco y yo entre tanto construiré un castillo con tu vientre hasta que el sol, muchacha, te haga reír hasta llorar, hasta llorar.

(Todos los actores congelan sus movimientos y permanecen en esa posición mientras el escenario cambia: los extras que ya han cerrado un circulo alrededor de Layo y Talía se transforman en viento que gira en torno a ellos generando un tornado que termina arrasando con todo el mall. Va y luego vuelve con una casa que deja caer sobre el lugar, luego la muralla que da al publico se desmorona y se ve a Talía y a Layo sentados al borde de una cama mientras El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón miran desde una ventana abierta. Hay un semáforo en medio de la habitación… sigue en rojo).

Acto 3: Huracanes. 
Escena 1: 
Talía 
Layo 
El Orco Gilgamesh 
El Enano Picarón 
121 extras

Sólo Talía y Layo recobran el movimiento mientras 121 extras van entrando por la puerta y saliendo por la ventana de uno a la vez durante todo el acto.

Layo: ¿Qué día es hoy? 
Talía: ¿Ah? 
Layo: ¿Por qué el semáforo sigue en rojo? 
Talía: (el semáforo cambia a verde) esta en verde. (Se besan, se acarician, sonríen y vuelven a besarse)
El Orco Gilgamesh y El Enano Picarón: (recobrando el movimiento) Y no hables más muchacha, corazón de tiza, cuando todo duerma te robare un color. (El Orco Gilgamesh sigue tocando la guitarra mientras El Enano Picarón se pone a perseguir una rata que entra en la pieza) 
Layo: ¿Aún me amaras cuando amanezca? (el semáforo se pone amarillo). 
Talía: No lo se. (el semáforo se pone rojo, ella se pone de pie) 
Layo: Abrázame. 
Talía: Debo partir. (sale)

Escena 2: 
Layo 
El Orco Gilgamesh 
El Enano Picarón

(El Enano Picarón se sienta a un lado de Layo que permanece mirando el suelo) 
El Enano Picarón: Estas cosas pasan. 
El Orco Gilgamesh: (deja de tocar y se sienta al otro lado de Layo) ¿quieres que hagamos algo por ti? 
Layo: (abre su mano en donde aún tiene las 3 monedas de oro) sólo tengo 3 pesos. (Entrega a cada uno una moneda y se queda con la que sobra) Ahora pesamos lo mismo. 
 Fin
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Por SlapFunk

6 de julio de 2008

The Wereman

Cuando todo esta mal, puede empeorar... cuando algo empeora, es porque puede estar aún peor que eso. Y sigo sonriendo... dicen que me importa poco, dicen que no me afecta. que estoy mal enfocado. Pero no es verdad... si me importa, si me afecta... Pero si no me la puedo yo. ¿Quien? ____________________________________________________
Hoy salí para arreglar mi día, obvio, cuando pasas demasiado tiempo encerrado te salen hongos y te descompones. 
Algo así como el orden natural de las cosas: Los animales nacen, se reproducen y mueren... Nosotros nos encerramos, descomponemos y desaparecemos. 
· 
Es por eso que hoy quise salir y jugar a ser un animal. 
· 
Hoy salí para arreglar mi día, lo juro, esa era mi intención cuando sin hacer caso a la voz que dentro de mi aclamaba por respuestas, simplemente atravesé el ventanal. 
Algo así como el plan B de un pirata que sabe de mares inhóspitos: Cuando la marea se vuelve hostil, un pirata siempre responderá entregándole el timón, porque cuando la mar pide, dale… 
Los autos tienen reversa, los barcos no. 
· 
Es por eso que hoy quise salir y jugar a ser un pirata. 
· 
Hoy salí para arreglar mi día, o eso creía, que otra cosa podría haber salido de ser real, real contigo mismo para luego serlo con el mundo. 
Algo así como no mentirse poniendo la razón en juego: Para un hijo de puta común y corriente ser correcto es ser razonable… 
Y al ser razonable nos encerramos haciéndole caso a esa vocecita mariquita que llaman conciencia…
 Los animales no tienen conciencia y los piratas van siguiendo su corazón, saben que este no entiende razones, es por eso que son libres como jamás hombre alguno lo ha sido. 
· 
Es por eso que hoy quise salir y jugar a ser real… 
Siendo pirata… 
Siendo animal. 
· 
Siendo yo y nadie más. 
· 
Mi instinto animal pedía fiesta y la mar me llevó a una. 
10 minutos después de mi llegada volvía a salir acompañado de 3 amigos… ¿Rumbo?... Se llama esquina… ¿Misión?... Volver con alcohol. 
· 
Y entonces, justo antes de partir, llegaste tú… 
Y mi día se arregló, la conciencia maldita por fin guardó silencio para murmurar de tanto en tanto tu nombre, suave como espuma sobre rocas. 
· 
La mar por fin estaba tranquila. 
· 
¿Qué es esto? 
Me siento extraño… 
Como alegre… 
Si, es alegría. 
· 
-Queremos 2 escudo de litro, 2 pisco capel, 1 ron mitjans, 1 vodka eristoff, 3 coca cola, un jugo de naranja, 2 big time y un paquete de ramitas. 
·
 ¿Alegría?... 
¿De verla?... 
Malditos sean los vientos que me llevaron a sus costas… 
No quiero ser lanzado por la borda otra vez. 
· 
-¿Algo más? 
· 
Querer otra vez. 
· 
-No gracias. 
· 
Ya de vuelta me esquivaste un par de veces… 
Que quieres estar con tus amigas… 
Y yo te dejaba ir… 
Siendo un hombre correcto y razonable… o más bien un pirata cobarde. 
· 
La mar se puso extraña, calmada eso si, pero rara… 
Era el viento que me había abandonado a merced de tu inexistente misericordia. 
El timón ya no le sirve a nadie. 
· 
Me trajiste calma… 
Y la calma confunde… 
Hubiera preferido un huracán… 
Uno parecido al que siento dentro de mí mientras te veo bailar y reír con el perdedor más humano, descompuesto y falso que pudiste encontrar. 
· 
Sólo me queda esperar que a la brisa se le ocurra llegar. 
· 
Salud. 
· 
Y buenas noches.
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Por SlapFunk

27 de mayo de 2008

Algarrobo


Y empezó la lluvia.
Lo malo?...mmmh....
definitivamente toda esa gente que sale con paraguas, ellos no se da cuenta, total llevan esos aparatos endemoniados sobre sus cabezas... Pero soy yo el que tiene que estar esquivando puntas para no perder un ojo.
que les cuesta mojarse un poco por la mierda.
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Estoy sólo escribiendo, nada más. Una bufanda se enrolla en mi cuello y mi mano izquierda juega con una concha.
¿Te hace gracia?
~
Hoy sábado, la ciudad amaneció nublada. Perfecto para ir por unas cervezas.
Suena el teléfono.
-Aló.
-Buenas compadre, ¿juntémonos a dar jugo?
-Yu min, ¿guiv som yuz ma me?
-Ye, ye, dats wat ai min dud.
-Jajaja.
-Agarra la bicicleta y te vienes altiro no más.
-Que mal, no, que lata, ven tú.
-Bueno, voy.
~
Estoy sola escribiendo, nadie más. Pienso en ti y te imagino en tu cuarto, frente al televisor, mientras ignoras la lluvia que cae.
Apuesto mis ojos a que sonríes.
~
Luego de bañarme, hacer un poco de pesas y vocalizar frente al espejo... Suena finalmente el timbre.
-ABREME FINGO
En fin, Etrai nunca a sido bueno para esperar nada ni a nadie.
~
Arena, brisa... Y un poco más lejos, el mar. Hace un frío en algarrobo mientras tú seguramente te quejas de que llueve sobre Santiago.
¿Será que te parece eso gracioso?
~
-Oye Fingo, me aburrí de ver tele, ¿Vamos donde el Topaz?
-Dale.
Son varias cuadras así que las recorremos cantando.
~
De vez en cuando bajo hasta este lugar para mirar el horizonte esperando el día en que vengas y casualmente me encuentres, me saludes... Y todo vuelva a ser como antes.
El hecho de que lleve así más de un año. ¿Te parece acaso gracioso?
~
Quien lo hubiera dicho, el Topaz ocupado con su nuevo hermano.
-¿Y si vamos a tomarnos unas cervecitas?
-No puedo, Etrai, tengo que quedarme aquí con mi hermano.
-¿Y los amigos?
Yo no pesco la conversación, aunque la escucho atentamente mientras miro el televisor.
-Oye Fingo.
-Que.
-Filo con Topaz, que se quede, vamos nosotros por unas cervecitas y se acabó.
~
A veces me parece oír tu voz, o la de alguno de tus amigos... Diciendo cosas alegres sobre fiestas y festejados... El reflejo es siempre el mismo: una sonrisa me invade y me vuelvo para ver un paisaje vacío.
¿Es eso chistoso?
~
Yo llevo la música ahora, Etrai lleva la mochila con las cervezas. Eso le pasa por ser el más grande, nadie le pidió que aguantara más peso, pero a él le dio lo mismo y siguió creciendo.
De todas formas a él le importa poco, y yo no soy nadie para darle importancia al asunto.
-Oye Fingo, toma.
Me ofrece dos monedas de 1 peso, pero cuando las intento tomar se queda con una. Abro mi mano frente a mí mirando la moneda que se encuentra centrada sobre ella, en señal de no entender cual es la idea de tan extraño regalo.
-Fingo, ahora pesamos lo mismo.
~
Que después de todo me hayas marcado a tal profundidad que no me queda más que esperar a que te dignes a pagar por los daños causados. ¿Te hace gracia alguna?
Llueve sobre algarrobo, y eso jamás saldrá en noticiero alguno.
¿Te ríes de eso también?
~
Se acabaron las cervezas hace rato y la conversación es tan alegre como honesta.
-Oye Etrai, que hay de...
-Sabia que preguntarías... No lo se, la última vez que la vi fue en algarrobo.
-Si pero...
-oh!...mira...se va a poner a llover.
~
Todo lo que ocurrió, ¿Te causa gracia?
Espero que si... Siempre fui capaz de hacer cualquier cosa con tal de hacerte reír.
Incluso invocar un poco de lluvia.
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Por SlapFunk.

25 de marzo de 2008

Así Es La Vida


Como crece este tipo...
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La vida me sabe a tierra y sudor... Huele a frutas secas y vino... Se ve como tu cuerpo sobre un colchón: intocable.
No es por eso que he venido hoy, no es por eso que te abrí la puerta ayer… Pero tal vez sea la razón por la cual el día de mañana no encuentres nadie en casa.
Empuño mi mano apoyado en el piso, ambos escuchamos el tronar del pasto arrebatado.

Es curioso, la gente insiste en poner aquel epitafio sobre las tumbas: QEPD. Yo me pregunto que es lo que pasa por sus cabezas cuando lo hacen, ¿Es que acaso no hay nada mejor para cubrir la fría piedra?, Es como si aquellas personas jamás hubieran podido descansar en paz, como si el gran regalo fuera no molestarlos.

Y en paz los dejamos descansar, los molestamos al principio y de a poco ya ni nos acordamos de hacerlo.

Pasa un auto a más de 100 pero solo tú lo sigues con la mirada.
Espero que mi tumba exclame algo un tanto más optimista, que tal, “estaba vivo”, por horrible que suene un pasar de ese tipo, su idea puede llegar a ser mucho más optimista que las 4 letras más famosas del cementerio.

En fin, aquí me tienes, otra vez, cansado, como siempre.

Ayer me acordé de ti: estaba acostado sosteniendo un libro cuando un moscardón comenzó a volar de un lado a otro, parándose en cada elemento definible: el teléfono, hojas de papel, el computador, el reloj, etc.
Te ríes y no se de que... Yo me estoy riendo de ti. Aunque no se note.

Recuerdo que Madre siempre decía, y hasta creo que te lo dijo a ti también, que un pastel es sinónimo de placer hasta que se le para una mosca… entonces tenemos que apartar una de sus rebanadas para quedarnos con lo que es delicioso… pero luego se le para otra mosca… y así sigue el cuento hasta que no queda pastel y son como $2500 pesos a la basura… o $5000 si son de esos pasteles que te gustan tanto.

Ojala pudiéramos rebanar a parte todo lo que tocan las moscas, cortar teléfonos y relojes por igual, cortar tus manos y labios para lanzarlos por la borda y no verlos más.

Me acorde de ti porque te pareces a un moscardón acechando un pastel de bodas… declarando que rebanada vive y que rebanada no, sin caer en cuenta que con esos pasteles es todo o nada.
Al final lo único que logras es arruinar un casamiento, o por lo menos, parte de este.

Por eso es que no me haces daño... los piratas no se cazan.

Y los caballeros tampoco. Yo fui el más noble de todos desde que decidí vestir mi armadura y atravesar dominios hostiles sosteniendo espada y escudo como quien lleva la honestidad de sus ojos entre las manos.

Pero me cansé, cuando la gente se parece a un tornado conviene ser tan malos como un huracán, tomar lo que quiero para no devolver nada.

Brindo por eso.

Y por lo otro también.

Suspiras y ahora soy yo el que busca en el entorno alguna distracción con la mirada.
Así es la vida.
Llevas como 3 horas mirandome en silencio, esperando que comience a hablar, pero para hoy he planeado algo diferente, tu jugaras con las blancas.
Desde hace rato escribo sobre un cuaderno y tú lo ignoras suponiendo que no tiene importancia.

Cuando leas estas líneas estaré muerto, hasta entonces viviré… Eternamente.

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Por SlapFunk

16 de enero de 2008

Into The Dead Sky (Capitulo 3)

Y sigue... el ramo este de verano (entre otras cosas) me tiene un tanto ocupado, así que si aún hay alguien que quiera pasar por Amanithigor a saludar, no espere encontrar algo nuevo muy seguido... y obviamente no me espero encontrar nuevos posts muy seguido tampoco, con todos en la playa nadie quiere detener la arena y hacer esperar a las olas por un poco de escritura enajenada.
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Estoy seguro de que algo tenia que hacer... Pero no quería darme el tiempo de recordarlo, habría perdido el control antes con tanto picoteo enfermizo del pájaro loco, ¡ya aprendió a escapar cuando voy a atacarlo!; me ve a través del vidrio, siente cuando abro otra ventana para emboscarlo, o incluso si vengo desde el patio... Se cambia de ventana y sigue hinchándome el cráneo con su frenético golpeteo.

Como sea, ya estoy lejos, camino calle abajo para ir al cine... Hace mucho tiempo que no voy al cine, en las puertas de este hay una florería, me quedo mirándo las flores mientras me pregunto si hay algo más vergonzoso que encontrarte con un amigo en la calle cuando le llevas algunas a alguien.

El vendedor se da cuenta de que estoy allí y realiza un gesto que me demuestra su atención. Obviamente espera que le pregunte algo, le pague y luego me vaya... No se que es lo que me empuja a hacerlo, pero le doy en el gusto.
-¿Cuales son las flores más baratas que tiene?
-La que quieras regalar, cualquier precio es un regalo cuando se trata de una flor.

Mastico sus palabras mientras me pregunto... ¿Será que me esta tratando de estafar?, ¿Será un vendedor frustrado de fono-TV que terminó vendiendo rosas?
Preguntas así no se pueden responder con pura reflexión filosófica, así que intento por segunda vez con una pregunta reformulada.

-De todas las flores que usted vende, ¿Cual es la que tiene un menor precio?
-Tengo una flor que tiene un precio tan bajo, que se vende por docena... El clavel... pero, un clavel, es una formalidad, es una flor por cumplir, es la más simple y común de las que aquí vez, así que pregúntate, ¿Quiero regalar un clavel?

Esta respuesta si que me ha tomado por sorpresa, al parecer se toma en serio lo de ser "El Guardián De Los Pétalos"... Quizás hay algo más allá.

-¿Y si es una fecha especial y no tengo tanto dinero como para comprar una rosa?
-Entonces estas loco, primero que nada, si fuera una fecha especial no andarías sin dinero, segundo, si quieres regalar por regalar tras de ti hay un kiosko y puedes llevar cuanto chocolate puedas... Por último, una rosa no es solo una rosa... Y quizá lo que quieras regalar en verdad sea un lirio o un girasol.
-No entiendo.

¡Listo!, lo consiguió este tipo, me acabo de interesar en el tema, y de aquí no me voy hasta que me lo explique todo.

-Mira, hijo, es simple... Estas de aquí, se llaman hortensias. Son para los familiares, ¿ves como son tantas y tan pequeñas?, están tan unidas que parecen una sola, por lo mismo, son para los familiares... Pero no para aquellos con los que estamos peleados ni nada así, seria hipócrita de tú parte regalarle hortensias a tú madre luego de amenazarla con irte de la casa, por ejemplo.
-Entiendo, es como si dijeran mensajes.
-No solo las flores, los colores también, ¿Te das cuenta de las tonalidades suaves que tienen las hortensias?, son agradables, livianas, de tonos tranquilos...representan la paz, paz con tú familia.
-¿Y el girasol?, ¿No es egoísta?, lo digo porque es como uno y tan grande.
-Al contrario, el girasol representa compañía, lo regalas cuando te ausentas, cuando te vas, cuando tienes un viaje por delante y parte de tí no quiere dejar a esa persona... Lo regalas con tu cariño en el, es grande para poder guardar grandes cantidades de afecto, y uno porque es fiel y no muere cuando se le cuida con la misma dedicación que se cuidaría a la persona que te lo regala. Muchas veces se le regala un girasol a una persona que esta sola y necesita compañía.
-¿Y este de acá?
-Ese se llama lirio, es uno de los menos vendidos, tiene varios colores, significa principalmente pureza, se le regala a personas especiales, de esas que uno mira a los ojos y ve tanto amor como pruebas que ha tenido que superar... Sus colores son muy variados, esta el amarillo que habla de la amistad tanto en un lirio como en un girasol... Hay pocos que son rojos, esos tienen una connotación apasionada, intensa, amor por la persona pura... Es por eso que los lirios más significativos son los naranjos, aquellos que representan tanto amor como amistad incondicionales.
-¿Y los lirios blancos?, ¿Son para las monjas?... Onda... ¿Ultra pureza?
-El blanco de las flores no quiere decir el blanco de una novia, habla de un color que no se ha definido, son flores mudas... Para relaciones mudas, para gente que uno esta recién conociendo, con una historia por escribir... Son blancos como una hoja antes del cuento que sobre ella nace.
-Y ese de ahí, el blanco con puntos rojos... ¿Amor a primera vista acaso?
-No, es mucho más triste que eso, esos puntos rojos son como el gotear de una herida, todo en su conjunto son una mezcla del dolor de un daño con el inicio de una relación...si le sumamos la presencia de alguien puro, seguramente la persona dañada... En verdad es la más triste de las flores.
-¿Porque habría alguien de regalar algo así?
-Quizá este buscando el perdón. No lo se. Cuando me compres uno te lo preguntare.
-Cuando te pregunté por las más baratas me dijiste que el clavel.
-Veo que cambias el tema, pero haré como que no me doy cuenta... Y si, así fue.
-...bueno... y con un clavel... ¿Le dices "barata" a alguien?
-No, no es tan simple, el clavel es un asunto formal, es el que va en tu terno cuando bailas tango, es común porque puede expresar solo su color... Los claveles blancos pueden ser alimentados con agua y tinta cambiando su color, así pueden ser portadores de un mensaje contenido en este... en su forma más conocida esta de rojo, amarillo y blanco... el rojo es un "te amo", el amarillo es un "te quiero" y el blanco es un "me gustaría conocerte"...o simplemente representa la no intención de decir nada cuando acompaña cartas solo por cortesía.
-¿Y una rosa blanca no se esta contradiciendo?
-Las rosas no son amor... Son obsesión, sus espinas son intenso dolor que soportamos por tomarlas a pesar de que a simple vista uno puede entender y comprender que lo que llevan estas flores por todo su cuerpo... Son espinas... Una rosa roja es un amor que duele... Una amarilla es una amistad en crisis... y una blanca es un intento por volver a empezar... Como sea todas tienen algo muy bonito en común, representan sobre todo el perdón... la intención de reconciliarse... o el simple decir "me dueles pero no importa porque te amo".
-En verdad que es complicado esto de comprar flores.
-Esas que estas mirando, se llaman calas... Pero te las explicare cuando seas mayor.
-JAJAJAJAJA... ¿Tienen algún sentido sexual acaso?
-Eso es muy típico de los adolescentes, creen que el sexo es lo único que no pueden comprender... Las calas representan sabiduría, camino recorrido, y no digo más porque es muy poco lo que alguien como tú puede saber de eso.
-Parece que no te voy a comprar nada.
-Pero no te vallas, aquí hay una flor que muchas veces acompaña al resto... Los pensamientos... son para regalárselas a alguien en que piensas mucho, para sacártela de la cabeza quizás...para entrar tú en la de ella tal vez... Como sea, nunca se ven mal acompañando ninguna de las flores que ya te he mostrado.
-Bueno, la verdad es que me gustó la conversación pero no tengo intención de comprar una flor ahora.
-¿Será tal vez que desnudes tus intenciones ante un extraño al comprarme una u otra flor de uno u otro color? ¿O será simple y obviamente que en ningún momento tuviste la intención de comprar flores?
-¿Como lo supo?
-Ya te lo dije... Alguien que viene por flores en una fecha especial no pregunta por la más barata... Escoge una y cueste lo que le cueste se la llevara igual.
-deberías escribir un libro.
-No lo creo... Una canción tal vez... Una canción pequeña, pero que debe ser cantada.

Antes de que empiece de nuevo, y ahora con quizás que discurso sobre los libros y las canciones, me despido para poder salir de ahí.

-Fue un gusto señor, me tengo que ir.
-Espera... Toma.
-Pero no tengo plata para pagársela.
-Es un regalo, llévatela, y la próxima vez que quieras decir algo a alguien... Espero verte por aquí.

Luego de recibir la flor, me fui directo a mi casa agachando la cabeza por si me cruzaba con alguien que me pudiera reconocer... Y aquí estoy, sentado en mi cama, mirando sus detalles mientras me pregunto... ¿Que me habrá querido decir cuando me regaló esta flor?

Entra mi hermana a la pieza y busca algo entre mis lápices... se detiene de pronto y me pregunta por el nuevo detalle decorativo.

-¿Y ese girasol?
-Me lo regalaron.
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Por SlapFunk