25 de marzo de 2007

5 pm



UNLEASH THA BEAST!


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5:00 PM. Hora del té, normalmente en mi hogar. Es exactamente por eso que no comprendo el afán de estarme llamando ahora… Son las..., bah, olvidé que ya no uso reloj. No me gusta la esclavitud, prefiero sentirme libre.
Me siento en mi cama, sin poner todavía los pies en la madera fría, maltratada por los latigazos de ese ente con aire a verdugo del siglo IX, y observo mi pieza.
Lo mismo de siempre, ese cuadro de Bear Dysrt que me mira fijo a los ojos… Esperando a que reaccione igual que él en su momento de gloria, pero no puedo. Yo no soy un genio, el era uno, y de los grandes y por lo demás, no creo que pueda llamar específicamente a este momento “Un Momento de Gloria”.
Pongo mis pies sobre el suelo, que saca sus manos y aprisiona mis dedos y tobillos, rápidamente crecen hongos y algunas protuberancias amorfas de entremedio de mis pies. Horrorizado comienzo a gritar, en ese momento de catarsis veo pasar a Madre por afuera de la pieza. La puerta tiene una ventanita que se asoma al pasillo central del segundo piso. Madre se detiene y comienza a mirarme, grito pero nadie parece oírme… Mis labios se mueven pero no puede oírme…
El trance se intensifica, comienzo a morder las manos descarnadas que rompieron las tablas del suelo de mi pieza. Sangran como nunca antes lo habían hecho.
Desde el cuadro, Dysrt abre la boca, aparece en cada cavidad dental una cápsula con forma ovalada, elipsoidal y desde las profundidades de la locura aparece una lengua. Rojísima, con tonos de azul, que envuelve a estas manos y se las traga. Sin recuperarme del impacto, Bear comienza a vomitar, caen cadáveres, relojes, cruces y diferentes objetos que, por ahora, no tengo la más mínima idea de que son.
Mi pieza es un verdadero desastre por lo que prefiero salir de esta y ver que era realmente lo que quería esa señora que, según entiendo, es mi Madre.

Inmediatamente después de la salida de mi cuarto está el pasillo central del piso, el cual da a la escalera. Acelero el paso. Mientras voy llegando a la escalera pienso en lo que pensé cuando estaba sentado en mi cama, en eso del “Momento de Gloria”…
Quizás mi vida es tan miserable, tan muda, tan insípida que, realmente, este es mi momento. Quizás nunca me pase algo mejor o nunca haga algo mejor por esos
Zombis que andan afuera comiéndose a la gente… Sin darme cuenta, aparezco a los pies de la bajada de la escalera. Primer piso. Comedor. Tazas de té servidas.
Madre sentada a la izquierda, Alan a la derecha, al sur yo, al norte…

-¿Madre, quién es él?
- Antoine G. Smith, hijo.
- Ah, ¿Qué hace aquí?
- Dijo “Lejos de aquí, después del campo de maíz, aguarda el payaso y sus globos”.
- ... Ah.


Era un tipo extraño. Tenía la piel verdosa y en lugar de labios tenía símbolos extraños.
Realmente no se como se comunicó con Madre pues no puedo divisar una boca en su rostro, o en lo que se ve de él.
Tenía el brazo izquierdo cubierto de relojes, todos distintos.
Algunos eran digitales, otros de palitos, incluso tenía colgando uno de arena. Me daba algo de risa ver a Antoine dando vuelta a cada minuto el reloj. Pasados algunos minutos, el Señor Smith toma la taza de Té y se la lleva al lugar donde comúnmente habría una boca. De entre los símbolos comienza a brotar un líquido rojo, casi a presión.
Era como si la vida se le escapara entre esos hoyuelos de formas extrañas. La sangre salía a borbotones, derramándose en la taza de Té. Pronto, el volumen del Té comenzó a bajar, como si la propia taza drenara la mezcla de Té y sangre.


- ¿Desea más, señor Smith?
- Lejos de aquí, después del campo de maíz, aguarda el payaso y sus globos.


Es como si lo único que supiera decir este tipo fuera esa ridiculez…
Antoine levanta la mano lentamente, Alan también lo hace, Madre también.
No sabría explicarlo, pero resulta que mi mano izquierda se levantó…
En eso, la cabeza del señor Smith comienza a vibrar brutalmente, sus sesos se esparcen por las paredes del comedor y por primera vez escucho su voz. Habla en inglés, estoy más que seguro que no quiere que nos enteremos de lo que habla. Pero yo hablo todos los idiomas del mundo, no va poder escaparse de esta.


- What? Are we so sure they mean us harm? – dijo, esperando respuesta.

- Oh Ronald, You’re so fucked up.


¿Que acaso este sucucho es una amenaza?... O quizás ni siquiera estaba hablando de nosotros. Repentinamente el señor Smith comienza a llorar. Sus ojos verdes, se tornan de vidrio y comienzan a cambiar de color. Las lágrimas que caen son verdes, como si el ojo estuviera perdiendo el color, o mejor dicho, volviendo a su color original.
Sus ojos de vidrio se tornan lentamente a un amarillo crepúsculo, por las ventanas de la habitación comienzan a entrar asteroides, rompiéndolas en infinitos pedazos sangrantes.
Desde el segundo piso comienza a bajar una cascada de sangre y cápsulas elipsoidales.
Bear debe estar vomitando nuevamente todos embelezados por la belleza de los ojos amarillo crepúsculo de Antoine y los asteroides destruyendo la casa el sol cada vez más cerca somos una bomba de tiempo pero ojos verdes azules ahora verdes nuevamente son verdes Madre y Alan detienen su mirada atónita conversan cosas imposibles de entender voces de todos lados mis vecinos los marcianos escucho todo es lo malo de saber todos los idiomas ahora mi cabeza siento que revienta 17 pm…
En un abrir y cerrar de ojos todo parecía estar “normal”. Pero en el piso se mantenía el vómito de Dysrt, todavía andaban unos asteroides volando por el comedor, las ventanas seguían rotas y sangrando. Pero nadie parecía darse cuenta… Sólo el gordo y viejo sol, que miraba desde las alturas y estuvo al borde de un choque contra el señor Smith y Familia. Ahora Alan y Madre ya no miraban a Antoine, que tenía el pigmento de vuelta.
Esos ojos verdes, asquerosos, se levantaban y decían adiós, con un gesto de su mano izquierda, esa que estaba llena de relojes distintos. Nadie se despidió de él.
Madre siguió tomando Té y Alan lo miró perplejo, sin decirle absolutamente nada.

5 PM. Es el cumpleaños de alguien al parecer. Por las ventanas quebradas se ve una flota de globos, bajando hacia aquí. Luz, fuego, sangre… Madre revienta, sus entrañas me cubren completamente. Una de estas penetra la cabeza de Alan y después la casa se derrumba, junto con todo el terreno a su alrededor. Sólo queda en pie el cuadro insano. Sigo sentado, con mi taza de Té… Son las 5 PM. Y aún no ocurre nada nuevo…
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