25 de marzo de 2008

Así Es La Vida


Como crece este tipo...
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La vida me sabe a tierra y sudor... Huele a frutas secas y vino... Se ve como tu cuerpo sobre un colchón: intocable.
No es por eso que he venido hoy, no es por eso que te abrí la puerta ayer… Pero tal vez sea la razón por la cual el día de mañana no encuentres nadie en casa.
Empuño mi mano apoyado en el piso, ambos escuchamos el tronar del pasto arrebatado.

Es curioso, la gente insiste en poner aquel epitafio sobre las tumbas: QEPD. Yo me pregunto que es lo que pasa por sus cabezas cuando lo hacen, ¿Es que acaso no hay nada mejor para cubrir la fría piedra?, Es como si aquellas personas jamás hubieran podido descansar en paz, como si el gran regalo fuera no molestarlos.

Y en paz los dejamos descansar, los molestamos al principio y de a poco ya ni nos acordamos de hacerlo.

Pasa un auto a más de 100 pero solo tú lo sigues con la mirada.
Espero que mi tumba exclame algo un tanto más optimista, que tal, “estaba vivo”, por horrible que suene un pasar de ese tipo, su idea puede llegar a ser mucho más optimista que las 4 letras más famosas del cementerio.

En fin, aquí me tienes, otra vez, cansado, como siempre.

Ayer me acordé de ti: estaba acostado sosteniendo un libro cuando un moscardón comenzó a volar de un lado a otro, parándose en cada elemento definible: el teléfono, hojas de papel, el computador, el reloj, etc.
Te ríes y no se de que... Yo me estoy riendo de ti. Aunque no se note.

Recuerdo que Madre siempre decía, y hasta creo que te lo dijo a ti también, que un pastel es sinónimo de placer hasta que se le para una mosca… entonces tenemos que apartar una de sus rebanadas para quedarnos con lo que es delicioso… pero luego se le para otra mosca… y así sigue el cuento hasta que no queda pastel y son como $2500 pesos a la basura… o $5000 si son de esos pasteles que te gustan tanto.

Ojala pudiéramos rebanar a parte todo lo que tocan las moscas, cortar teléfonos y relojes por igual, cortar tus manos y labios para lanzarlos por la borda y no verlos más.

Me acorde de ti porque te pareces a un moscardón acechando un pastel de bodas… declarando que rebanada vive y que rebanada no, sin caer en cuenta que con esos pasteles es todo o nada.
Al final lo único que logras es arruinar un casamiento, o por lo menos, parte de este.

Por eso es que no me haces daño... los piratas no se cazan.

Y los caballeros tampoco. Yo fui el más noble de todos desde que decidí vestir mi armadura y atravesar dominios hostiles sosteniendo espada y escudo como quien lleva la honestidad de sus ojos entre las manos.

Pero me cansé, cuando la gente se parece a un tornado conviene ser tan malos como un huracán, tomar lo que quiero para no devolver nada.

Brindo por eso.

Y por lo otro también.

Suspiras y ahora soy yo el que busca en el entorno alguna distracción con la mirada.
Así es la vida.
Llevas como 3 horas mirandome en silencio, esperando que comience a hablar, pero para hoy he planeado algo diferente, tu jugaras con las blancas.
Desde hace rato escribo sobre un cuaderno y tú lo ignoras suponiendo que no tiene importancia.

Cuando leas estas líneas estaré muerto, hasta entonces viviré… Eternamente.

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Por SlapFunk